¿Para qué mentir? Una de las peores cosas que te pueden pasar cuando cumples la treintena, es tener que teñir las canas, soberbias y veleidosas. Esto implica un gasto extra en tu presupuesto mensual, y hay veces en que andamos a patadas con las cuentas. Por ello, un poco de ahorro no viene mal. Y es aquí donde aparecen las alternativas económicas para tinturar tu cabello.
Hace unos días vi en Maicao una oferta tentadora: 2x1 en tinturas de distintas marcas (en realidad, era 2x1 ½, bien lo sabe quien las compra regularmente, pero se agradece la modesta rebaja). Aproveché entonces para probar un nuevo producto: Ilicit, que en circunstancias normales se encuentra en el comercio por $1990, y ahora estaba a $3200. La idea era conveniente, ya que si se trataba de un buen tinte, podría acceder a él nuevamente con obvios beneficios para el bolsillo.
Compré entonces mi color habitual y probé. La versión que escogí tenía amoniaco, químico del cual no soy muy amiga, ya que posee un aroma fuerte y desagradable (pese a que intenten maquillarlo con otros perfumes). Este producto no fue la excepción: prometía oler a flores, pero sólo distinguí la pesada fragancia del compuesto. El escozor que habitualmente provoca en la cabeza tampoco fue ajeno.
Pero ahora vamos a los resultados: Ilicit me dejó conforme al corresponder exactamente el color al modelo en el empaque. No quedó más oscuro (como suele pasar con otros tintes), ni más rojo. Fue preciso. ¿El pero? Además del amoniaco, su cobertura de canas no es óptima, ya que a pesar de haberlo aplicado hace poco, aún puedo ver algunos rebeldes hilitos de plata que “no tomaron”.
¿Recomendación? Sólo para cuando estés en algún apremio y quieras salir del paso. El tono no quedará más oscuro y sí, cubrirá mayoritariamente las canas, pero no todas. Por lo mismo, no lo adoptes como tu tinte regular y cuando puedas, invierte en uno de mejor calidad.
Y tú, ¿lo has usado? ¿Qué opinas de este producto?