Mi relación con mi cabello es de amor y odio, ¿quién no pasa por eso?. Hay momentos en que una tiene un “buen día de pelo” y otros en que es un desastre. Mi gran problema, además de que se me enrede con mucha rapidez, es la duración de su dilema. ¡Qué dilema!
Hace algunos años, mi cabello podía estar tres días sin lavar y no había problema. No se veía sucio ni tampoco perdía tanto brillo. Pero últimamente, es sagrado lavarlo día por medio y ya llegaba con el tiempo justo, porque incluso al día siguiente se veía mal.
Como no soy fan de lavarme el pelo todos los días, porque considero que no es bueno, tuve que buscar otras opciones. Hace un tiempo probé el shampoo No Drought de Lush y no quedé tan contenta con los resultados. Si bien ayudaba, no convencía. Estuve obligada a buscar nuevas opciones.
Así llegué a probar el shampoo Batiste, que hace pocos meses llegó a Chile y descubrí que era toda una revolución y que tenía muy buenos comentarios afuera del país. Partí a The Republic of Beauty a conseguirlo. El precio no lo recuerdo bien, pero ronda los 12 mil pesos. A diferencia del de Lush, este shampoo es en spray, no en polvo.
Lo probé cuando mi cabello ya lucía graso y sucio y la verdad es que el resultado me encantó. Claramente no tiene la labor de un shampoo norma -l que remueve todo - pero dejó mi cabello presentable. ¿A qué me refiero? A que si tengo que lavarme el pelo en la mañana para ir a trabajar y por cualquier problema no puedo, Batiste es el salvador. Basta con aplicarlo y listo, ya uno puede salir sin sentir que la grasa se apodera de la cabeza.
El aroma es maravilloso y el resultado es inmediato. ¡Me encantó! Entendí por qué se habla tanto de este shampoo y realmente lo recomiendo. No es para uso diario ni mucho menos, pero gracias a él puedo volver a lavarme el pelo con intervalos mayores, dos e incluso tres días. ¡Genial!, ¿no les parece?
Antes
Después