Si se trata de pintar nuestras uñas, es fundamental escoger un buen momento. Acostumbramos hacerlo cuando estamos aburridas, en algún break de la U o en horas de colación. Sin embargo, la necesidad de levantar algún papel, saludar a un amigo o comer un bocadillo puede causar estragos en el resultado final, dejando el color con piquetes o grumos bastante feos a la vista.
Mi recomendación a la hora de esmaltar es hacerlo durante la noche, justo antes de irte a dormir. Cuando todo esté en calma y ya tengas puesto tu pijama, escoge tu tono y comienza el trabajo. Hazlo mientras miras tu serie favorita, cuidando de que ojalá ésta recién haya empezado. Procura que se encuentre a un volumen adecuado y no requieras cambiar canal bajo ninguna circunstancia. También puedes oír música, teniendo un playlist predeterminado.
Una vez que lo hayas hecho, recuéstate con las manos sobre el abdomen para terminar de escuchar tus canciones o disfrutar de los devenires de tus personajes. El producto se secará mientras terminas de reproducir el playlist o la serie finaliza, por lo cual, al apagar el dispositivo no dañarás la pintura. Tampoco correrás el riesgo de dormirte y arruinar la manicure, ya que estarás entretenida en otra cosa.
Este horario es perfecto para brindar atención a nuestras uñas, ya que además, al día siguiente durante la ducha, eliminarás todos los residuos de producto que hayan quedado en tus dedos. Haz la prueba y ¡olvida los grumos e imperfecciones!
Y tú, ¿qué otro consejo otorgarías para una topísima manicure casera?