Por Paola Bravo Toledo
En plena flor de la juventud, algunas mujeres aún sufrimos –inevitablemente- los suplicios del acné en edad tardía. ¡Eternas adolescentes a nivel dérmico! Reconozco ser parte del porcentaje de féminas que sufren de este mal.
Muchos son los tips que ofrecen para luchar contra la piel grasa, el cuidado de la dermis y un sinfín de enfermedades o males que nacen de esta condición. Una amiga de mi tía, me recomendó el jabón Asepxia. Hablaba de los ‘milagros’ que provocó en su hijo mayor, el cual tenía brotes críticos. Según comenta, una vez que comenzó a utilizar este método de limpieza, su nivel de marcas y granos bajó considerablemente.
Pensé… ‘Bueno no pierdo nada con intentar’. Me dirigí a la farmacia y lo compré. Pese a ser un precio ‘elevado’ para un jabón, valió la pena. Llevo dos meses usándolo en dos rutinas diarias: la primera al levantarme (junto al primer lavado de cara) y el otro, al último minuto antes de ir a la cama. ¡Y el resultado ha sido fantástico! Me deja la cara sin grasitud durante largos períodos. Me ayuda a calmar la sensación de ‘pegoteo,’ cada vez que una facción de mi rostro se acentúa y además es ideal para el proceso pre-maquillaje.
A ojos cerrados lo recomiendo. Noté el cambio durante la semana del 18, cuando viajé a visitar a mi familia y –por supuesto- olvidé empacar el jabón. Al cabo de tres días sin frotar mi cara con este útil de aseo, ya brotaban espinillas en mi cara. No mentiré, como mi condición requiere tratamiento dermatológico, igual salen puntos negros y los llamados ‘volcanes’ (de vez en cuando). Pero logro mantener mi herramienta de presentación personal (rostro) más amena al público en general.
Lo pueden encontrar en cualquier cadena de farmacias, e incluso en el sector de ‘belleza’ de supermercados. Un jabón puede durar entre uno a dos meses, dependiendo la cantidad de veces que lo utilices por día y a la semana. Tú eres la dueña de la rutina que te convenga, y los resultados que ves por la ‘tevé’ son reales.